La Teoría Socio-Funcional está disponible en varios idiomas:
Esencia socio-funcional de la naturaleza humana
Autor: Niki Markov
Hitos:
- El significado evolutivo y el propósito de la vida.
- Lo que nos hace hacer lo que hacemos
- El papel de las 20 necesidades humanas y sus explicaciones
- El supremo egoísmo humano
- ¿En qué somos todos iguales y en qué somos diferentes
- Que es lado fuerte y que es lado débil
- ¿Puede cambiar una persona y cómo
- El papel del encaje entre las exigencias del entorno y el perfil de la persona
- Responsabilidad personal ultimativa – Explicación
- Qué es la suerte
- Aplicaciones en la vida real
Desde el punto de vista de la evolución, la misión de Homo sapiens, al igual que de todos los seres vivientes, es reproducirse para asegurar así la supervivencia de su especie biológica.
Si el hombre no logra cumplir esta misión, simplemente desaparecerá de la faz de la Tierra.
En vista de lo anterior, es evidente que a un nivel biológico profundo “el sentido de la vida” es la perpetuación de la especie.
En otras palabras, el profundo motivo subyacente de todos los seres vivos es el cumplimiento de este propósito evolutivo.
Ya de por sí, el mundo, con sus características naturales, es un lugar duro para vivir. A eso hay que añadir el hecho de que todas las especies biológicas, incluido el hombre, habitan un mismo territorio con recursos y espacio limitados, lo cual las obliga a convivir en constante competencia. Pero como sabemos, a pesar de que actualmente se encuentra en la cima de la pirámide alimenticia, el hombre no goza de una fisiología muy competitiva (en comparación con la mayoría de las especies animales). Todo esto somete al hombre a constantes desafíos a lo largo de su vida, mientras persigue su meta evolutiva.
El número de estos desafíos es realmente enorme, pero ellos a menudo son de tipo, origen y características similares, lo cual facilita al hombre. Prácticamente no se trata de millones, sino de unos cuantos tipos o grupos de desafíos con características, origen y variedades parecidos.
A lo largo de los milenios, la evolución ha proporcionado a los humanos varios mecanismos para hacer frente a estos grupos de desafíos, ayudando solo a los más adaptables a sobrevivir, reproducirse y transmitir sus genes a la prole.
Estos grupos de desafíos podrían ser clasificados y reducidos lógicamente (por similitudes) a un número de 20.
La capacidad del hombre para enfrentar estos 20 grupos de desafíos determina su aptitud para sobrevivir como especie.
Esto convierte la necesidad de enfrentar estos 20 grupos de desafíos en principal fuerza motriz. Es algo que cada persona debe hacer constantemente y en todas partes, y sin lo cual la supervivencia se convierte en una tarea mucho más difícil.
Por esta razón, consideramos que la capacidad de enfrentar cada uno de estos grupos de desafíos es una necesidad.
Con el correr del tiempo la evolución ha proporcionado al hombre mecanismos específicos, con la ayuda de los cuales él pueda satisfacer cada una de las 20 necesidades en cuestión.
Estos mecanismos específicos nosotros denominamos “Naturaleza humana”.
Por un lado, la naturaleza humana está biológicamente determinada por los procesos bioquímicos en el cuerpo, pero por otro, está socialmente influenciada, ya que el hombre vive en grupos para enfrentar más fácilmente los desafíos del medio ambiente. Esta convivencia en grupos le obliga a desarrollar ciertas habilidades sociales.
Por esta razón, calificamos a los mecanismos para hacer frente a los desafíos (y, en consecuencia, satisfacer las necesidades) “socio-funcionales” y decimos que la naturaleza humana es socio-funcional por su esencia.
Para entender mejor lo arriba expuesto, vamos a examinar los 20 grupos de necesidades sin ordenarlas por su importancia:
1. La necesidad de distinguir lo útil de lo perjudicial: Dado que el hombre (como muchos otros seres vivientes) nace sin estar preparado para todos los desafíos que el mundo le depara, él necesita un procedimiento para distinguir lo útil de lo perjudicial. Por eso la naturaleza tuvo que proporcionarle un grupo de mecanismos innatos que le permitieran distinguir a un nivel puramente intuitivo qué es útil y qué es perjudicial para él y sus necesidades. Englobamos en este grupo de mecanismos todos los sentimientos, emociones, sensaciones y estados de ánimo y los resumimos con el término “Sentimientos”. Las personas experimentan sentimientos positivos en relación a las cosas que les acercan a la satisfacción de sus necesidades y sentimientos negativos en relación a las cosas que les alejan de satisfacerlas.
2. La necesidad de autoconciencia: Las emociones descritas arriba empujaban a la persona “acá y allá” según la situación – una forma que a menudo resultaba muy primitiva y desadaptable para enfrentar los desafíos, ya que solo lograba la satisfacción momentánea, aquí y ahora, de la necesidad que había surgido, sin tomar en consideración las lecciones del pasado, las posibilidades futuras, las relaciones entre los fenómenos y el papel del hombre en ellos. Esto creó la necesidad de un grupo de mecanismos que dieran al hombre conciencia de sí mismo y de su existencia en el contexto del mundo circundante y de los fenómenos en él. Dichos mecanismos le aseguran cierta dosis de autocontrol e influencia sobre las emociones y le ayudan a satisfacer sus necesidades de manera más adaptable en vistas a sus propias condiciones, al pasado, el futuro y las relaciones entre todos los fenómenos relacionados con ellos. Esto sitúa al hombre a un nuevo, más alto nivel evolutivo. Nosotros denominamos a este grupo de mecanismos “Conciencia”.
3. La necesidad de hacer frente a los desafíos del entorno, a través de la interacción física con el mundo circundante: La insuficiente fuerza física del hombre en comparación con otras especies indujo a la naturaleza a buscar medios alternativos de compensación para darle una oportunidad en la competencia desigual de satisfacer sus necesidades. Estos métodos alternativos debían ayudarle a usar su cuerpo de manera más adaptable (instrumentalmente) y, por lo tanto, satisfacer sus necesidades con más éxito. A este grupo de mecanismos denominamos “Facultades Físicas”.
4. Necesidad de satisfacción: Satisfacer las necesidades era tan importante que requería un conjunto específico de mecanismos que nos incitara a hacerlo constante y casi automáticamente. A este grupo de mecanismos denominamos “Satisfacción”.
5. Necesidad de seguridad: El medio duro e impredecible en el que vivimos, determinó la necesidad de un grupo de mecanismos que nos ayudaran a esquivar cualquier riesgo, peligro o desventaja para preservarnos de vulneración. A este grupo de mecanismos denominamos “Precaución”.
6. La necesidad de buena salud: La existencia de gran variedad de bacterias, microbios y otros patógenos que amenazan nuestra salud ha determinado la necesidad de un grupo de mecanismos que nos ayuden a protegernos de ellos. A este grupo de mecanismos denominamos “Salud”.
7. Necesidad de previsión: La variabilidad continua del mundo circundante, que da origen a una gran variedad de riesgos desconocidos, determinó la necesidad de un grupo de mecanismos que ayudaran al hombre a enfrentar los cambios. Cuanto más difícil es para el hombre hacer frente a los obstáculos, tanto mayor es la necesidad de previsión y estructura que él siente para poder superar las dificultades. A este grupo de mecanismos denominamos “Adaptabilidad”.
8. Necesidad de estimulación: Sin embargo, la adaptabilidad está ligada a la disposición del organismo humano, una vez adaptado, a habituarse a las nuevas condiciones. Ella se debe a la aspiración constante de todos los sistemas, incluido el organismo humano (que también es un sistema) a la “Homeostasis” (equilibrio entre el medio interno y externo al sistema). El resultado es una especie de estancamiento del hombre en la llamada “zona de confort”. Sin embargo, la naturaleza cambiante del mundo y del medio ambiente no se ajusta a la aspiración del hombre a la homeostasis. Esto, en combinación con las facultades físicas no competitivas del hombre ya mencionadas, determina la necesidad de un grupo de mecanismos que ayuden al hombre a evolucionar aumentando su capacidad de adaptarse a cambios cada vez mayores y drásticos. A este grupo de mecanismos denominamos “Busca de estimulación”.
9. Necesidad de entendimiento y sentido: El impulso a la estimulación tuvo una curiosa consecuencia. El flujo de información que invade al hombre en el proceso de sus contactos con el mundo crecía constantemente. Esto determinó la necesidad de un grupo de mecanismos para respaldar su capacidad de recopilar, almacenar y procesar esta información con tal de mejorar las posibilidades de satisfacer sus necesidades. A este proceso nosotros damos el nombre de „entendimiento“, y al grupo de mecanismos llamamos “Procesamiento de información”.
10. Necesidad de sentimientos positivos: En la búsqueda de la estimulación, el hombre necesitaba un conjunto de mecanismos que le enseñaran formas de interacción con el mundo que lo rodeaba, capaces de mejorar su capacidad de satisfacer sus propias necesidades y las del grupo al que pertenecía, dándole una señal clara de lo que es potencialmente útil, placentero y satisfactorio. A este grupo de mecanismos denominamos “Deleite”.
11. Necesidad de éxito y realización: La capacidad del hombre para procesar información, combinada con la de interactuar instrumentalmente con el mundo circundante, ha dado lugar a un fenómeno interesante. El hombre comenzó a pronosticar resultados potenciales en el futuro, capaces de mejorar su capacidad de satisfacer sus necesidades. Esto determinó la necesidad de un grupo de mecanismos que le ayudaran a lograr estos resultados en el futuro y así mejorar su capacidad para satisfacer sus necesidades. A este grupo de mecanismos denominamos “Ambición”.
12. Necesidad de recursos: Dado que el mantenimiento de la homeostasis antes mencionada exige el gasto de diversos recursos que en el mundo se encuentran en cantidad limitada, el hombre tenía que competir por estos recursos no solamente con los demás hombres, sino también con las demás especies animales. Esto determinó la necesidad de un grupo de mecanismos que estimularan la competencia por la adquisición de estos recursos. A este grupo de mecanismos denominamos ¨Orientación a recursos¨.
13. Necesidad de perpetuar la especie: Como quedó claro en la introducción de la Teoría Socio-Funcional, el principal objetivo evolutivo del hombre (y de cualquier otra especie biológica) es reproducirse. Esto determina la necesidad de un grupo específico de mecanismos, llamados a ayudarle a lograr este objetivo. A este grupo de mecanismos denominamos “Intimidad”.
14. Necesidad de funcionar en grupos: Nuestra incapacidad competitiva (frente a otras especies) ya comentada, determinó la necesidad de unirnos y vivir en grupos para aumentar las posibilidades de supervivencia y satisfacción de nuestras necesidades. Así surgió la necesidad de un grupo de mecanismos que estimularan la capacidad humana de encontrar y asociarse con otras personas en grupos. A este grupo de mecanismos denominamos “Sociabilidad”.
15. Necesidad que el grupo nos acepte: Sin embargo, para que el hombre funcione con éxito en un grupo, no es suficiente que se una a él. El grupo, a su vez, también debe aceptarlo. Esto determinó la necesidad de un conjunto de mecanismos que ayudaran al hombre a comportarse de tal forma que fuera aceptado por el grupo. A este grupo de mecanismos denominamos “Hábitos adaptativos”.
16. Necesidad de estatus social: La aceptación por parte del grupo tampoco es suficiente, dadas las necesidades que el nuevo miembro tiene que satisfacer por medio del grupo y de sus integrantes. Es que hay otras personas en el grupo que también buscan satisfacer sus necesidades a través de él, pero los recursos, como se aclaró anteriormente, son limitados y no siempre alcanzan para todos por igual. Esto dio origen al fenómeno de la jerarquía social (cuanto más alto en esta jerarquía está una persona, de más bienes disfruta), y con ello, a la necesidad de mecanismos que permitieran al hombre ocupar más altas posiciones en esta jerarquía. De esta manera uno recibe privilegios del grupo – tiempo, esfuerzos, atención y recursos, acceso a parejas íntimas, información, etc. – siempre en apoyo a la satisfacción de sus necesidades. A este grupo de mecanismos denominamos “Relevancia”.
17. Necesidad de entender a los demás y ayudarles: Como acabamos de aclarar, para ganar apoyo en el proceso de satisfacción de sus necesidades, las personas debían posicionarse lo más alto posible en la jerarquía social. Pero esto, de por sí, ya es un problema, porque conduce a la competencia dentro del grupo. Cosa que sería perniciosa para el grupo mismo pues cada miembro del grupo perseguiría su propio interés y así provocaría su colapso. Esto determinó la necesidad de un conjunto de mecanismos que impulsaran al hombre a identificar las necesidades de los demás, adaptarse a ellas y ayudarles en el proceso de satisfacción de sus necesidades. De lo contrario, los grupos simplemente no podrían existir, las personas no podrían convivir, y ni hablar de perpetuar la especie. A este grupo de mecanismos denominamos “Sensibilidad humana”.
18. Necesidad de satisfacer nuestras necesidades a pesar del grupo y las demás personas: La vida en grupo a menudo implicaba para el hombre una consecuencia desagradable. El grupo le imponía ciertos patrones de conducta que muchas veces eran contrarios a sus necesidades individuales. Y ya que las necesidades personales siempre tienen prioridad para el hombre, surgió la necesidad de un conjunto de mecanismos que le ayudaran a satisfacer sus necesidades a pesar de las expectativas sociales. A este grupo de mecanismos denominamos “Comportamientos Sociales Maladaptivos”.
19. Necesidad de ahorrar energía: Dado que todos los grupos de mecanismos descritos hasta ahora requieren energía, y la energía en el cuerpo humano es un recurso limitado que, una vez gastado, necesita ser restituido para que la persona siga funcionando con normalidad, surge la necesidad de dar prioridad a unos tipos de mecanismos sobre otros. Así el hombre guarda su energía (hasta que se restituya) sólo para las necesidades “más importantes” (desde el punto de vista subjetivo). A este grupo de mecanismos denominamos “Repartición de energía”.
20. Necesidad de entorno adecuado: La necesidad de repartición de la energía a favor de necesidades subjetivamente importantes supone que, con arreglo a sus preferencias, las personas dedican más tiempo, esfuerzo y energía a la satisfacción de algunas necesidades a expensas de otras. Esto, ya de por sí, significa que han desarrollado la concretamente, han desarrollado en mayor medida las características que sirven para capacidad de satisfacer estas necesidades en mayor medida que otras. Más satisfacer precisamente las necesidades priorizadas. Sin embargo, el mundo y las circunstancias no siempre colocan a las personas en medios donde estas características sean aplicables y útiles. Esto determinó la necesidad de un conjunto de mecanismos para orientar a las personas hacia el tipo de circunstancias y medios (lugares, actividades, entorno social, parejas, etc.) a los que aspirar para tener más posibilidades de satisfacer sus necesidades. A este grupo de mecanismos denominamos “Valores”.
En resumen, las 20 necesidades descritas prácticamente son la fuerza impulsora de todo en nuestras vidas. Quiere decir que todo lo que hacemos, pensamos, elegimos y decimos en nuestra vida es el resultado de una o más de las necesidades enumeradas.
Esta es la razón por la cual se considera que los seres humanos somos egoístas innatos y que todo lo que hacemos es para satisfacer nuestras propias necesidades. Incluso cuando pensamos y obramos en beneficio de otra persona, el objetivo final sigue siendo satisfacer una o más de nuestras propias necesidades.
Lo común de todas las personas es que cada uno posee todos los mecanismos citados que sirven para satisfacer necesidades. Por esto muchas veces denominamos a estos mecanismos ¨Características de la naturaleza humana¨.
Las diferencias entre las personas, a su vez, se deben al grado y la fuerza con que cada una de estas características se manifiesta en los distintos individuos.
Podemos presentar esta “manifestación” en la forma de una escala del 1% al 100%. Cuanto más se acerque la puntuación del individuo al 1%, menos manifiesta será la característica específica en él. Y viceversa, cuanto más se acerca al 100 %, tanto más fuerte será su manifestación.
Como quedó claro, las características mencionadas son en realidad los mecanismos socio-funcionales que utiliza una persona para satisfacer sus necesidades. Por lo tanto, cuanto más alto sea el puntaje de todas las características correspondientes a una determinada necesidad, más capaz será la persona de satisfacer esa necesidad y más tiempo, atención y energía dedicará a satisfacerla.
Es importante aclarar que las manifestaciones “fuertes” y “débiles” de cada característica no son “buenas” o “malas” en sí. Todo depende del contexto.
Pongamos un ejemplo para ilustrar lo dicho:
Los puntajes altos en la escala de Tempo/Ritmo, que describe la disposición de una persona de pensar, actuar y, en general, funcionar “a un ritmo más elevado” que otras personas, serían útiles para una persona que practica deportes, por ejemplo. Por otro lado, las mismas puntuaciones altas en la escala en cuestión no tendrían tanta importancia para una persona que trabaja como relojero, por ejemplo.
Así lógicamente llegamos a preguntarnos cómo un hombre puede evaluar objetivamente sus resultados para cada una de las características (cuál es la fuerza de las manifestaciones de los distintos mecanismos específicamente para él) y, respectivamente, cuál sería su fuerte según su perfil.
La respuesta es: a través del perfil psicológico individual.
(Más información sobre esto puede obtener aquí.)
Hay una pregunta importante a la que debemos responder: ¿Si todas estas características que hemos examinado y que podemos “medir” a través de perfiles psicológicos perduran en el tiempo, o es que uno puede desarrollarse y cambiar?
La respuesta no es simple.
Si bien la naturaleza humana es perdurable y difícil de modificar, en algunos casos puede cambiar con el tiempo. He aquí cuales son:
- En casos de trauma grave (accidente o lesión física), capaz de modificar de manera permanente la bioquímica interna del cuerpo y/o el estilo de vida de uno.
- En casos de cambio drástico del medio en el que uno vive. Por ejemplo, si tras una vida recluida en una explotación ganadera en África uno se traslade a una gran ciudad del Norte de Finlandia, donde su vida transcurra en contactos permanentes con muchos clientes.
- En caso de que por una u otra razón en el cuerpo humano se desarrollen procesos bioquímicos o enfermedades genéticas modificando considerablemente la estructura neuro-bioquímica de su cuerpo.
- En caso de que uno sea sometido a psicoterapia u otro proceso de trabajo intensivo con profesionales en el contexto de su personalidad.
- En caso de que, por una u otra razón, uno no logre satisfacer alguna de las necesidades antes descritas durante mucho tiempo (años).
En resumen, es bueno entender que el cambio en la naturaleza humana es posible, pero difícil, lento y raras veces muy drástico.
Esto nos inclina a pensar que un paso importante en la vida del hombre es tratar de ajustar su naturaleza humana a las exigencias del medio en el que vive. En fin de cuentas, dado que es difícil que uno cambie, lo más lógico si quiere ser próspero, satisfecho y feliz en la vida, es tratar de encontrar trabajo, parejas íntimas, pasatiempos, etc., que estén en armonía con sus características (Ver el ejemplo de Tempo/Ritmo arriba).
Ahora, cuando ya tenemos idea de la esencia socio-funcional de la naturaleza humana, podemos comprender qué es lo que nos hace hacer las cosas que hacemos.
De hecho, resumiendo la influencia de todos los mecanismos arriba mencionados, podemos afirmar que ellos son responsables de más del 99% de todo lo que hacemos, pensamos, elegimos, decimos y creemos.
Es una constatación sumamente importante, ya que nos ayuda a darnos cuenta de que en realidad cada desenlace en nuestra vida, todo lo que nos sucede (o el 99% como mínimo) se debe a nosotros mismos.
Para comprobar esta tesis, podemos tratar de analizar nuestra vida anterior, lo cual inevitablemente nos llevará a la conclusión de que no hay evento en nuestra historia que no se pueda rastrear en el tiempo atrás hasta algo que hemos (o no hemos) dicho, hecho, decidido o inventado.
¡Prácticamente, ello significa que en fin de cuentas, somos nosotros los que llevamos la responsabilidad de todo en nuestras vidas!
Pero aquí surge una pregunta flagrante: “¿Y qué pasa con el último 1%?” La Teoría Socio-Funcional examina el concepto de “Suerte” en el contexto de las características humanas ya descritas. “Suerte” son aquellos sucesos, circunstancias y fenómenos de los que, por razones objetivas, no hubo información que uno pudiera obtener, concebir y usar con anticipación para influir en los acontecimientos posteriores. Es importante aclarar que si tal información existió, pero la persona por una u otra razón no logró captarla, procesarla y usarla, entonces ya no hablamos de falta de suerte, sino de ineptitud, lo que automáticamente nos hace retornar a la responsabilidad personal.
Con ello, la Teoría Socio-Funcional agota el tema de las relaciones causales en la vida humana.
Ahora surge la pregunta: “¿Qué hacemos con este conocimiento?”
Dado que el conocimiento tiene sentido y utilidad sólo si se aplica en la práctica, vamos a finalizar prestando atención a las 6 esferas que tienen mayor importancia para nosotros como personas y para la calidad de nuestra vida.
Decimos que estas esferas de la vida son las más importantes porque ocupan la mayor parte del tiempo, el esfuerzo, los recursos y la conciencia de cada uno de nosotros. Además, las cosas que hacemos en estas 6 esferas de nuestra vida determinan en gran medida su calidad.
Hacer un esfuerzo para mejorar cualquiera de las 6 esferas tiene un impacto duradero, holístico y positivo en cada una de las otras 5, por lo cual cada una de ellas contribuye a nuestra felicidad, satisfacción y da más sentido a nuestras vidas.
La Teoría Socio-Funcional de la Naturaleza Humana describe las seis esferas más importantes de la vida humana de la siguiente manera:
- Amor – El conjunto de sentimientos, sensaciones, estados de ánimo y emociones que acompañan a dos personas cuando:
-
- Tienen similitudes entre sí en los valores principales +
- Atienden mutuamente sus necesidades +
- Comparten experiencias cargadas de emociones +
- Sienten una atracción sexual (cuando se trata de parejas íntimas)
- Maternidad y paternidad – Los buenos padres tienen tres características principales:
- Tienen deseo y capacidad de comprender y atender las necesidades del niño hasta que éste sea capaz de hacerlo solo +
- Tienen deseo y capacidad de enseñar al niño los conocimientos y habilidades necesarios para que él pueda satisfacer solo sus necesidades + Tienen capacidad de atender sus propias necesidades para poder dedicarse al niño al 100%.
Mantenimiento de buena salud mental – El proceso de identificación de las propias necesidades y la capacidad de satisfacerlas de forma permanente, adecuada y duradera;
- Trabajo, Negocios y Carrera – Independientemente de la carrera que elija una persona, su capacidad para tener éxito en ella consta de los siguientes elementos:
- Deseo de atender las necesidades de la organización y la capacidad de demostrarlo +
- Deseo y capacidad para atender las necesidades de sus jefes y de los superiores en la jerarquía +
- Deseo y capacidad para atender las necesidades de las personas de su nivel jerárquico, así como de las que están por debajo de él +
- Capacidad de hallar su lugar en un medio de trabajo que corresponda a sus características individuales +
- Capacidad de identificar y adquirir nuevos conocimientos y habilidades con tal de mejorar su capacidad de realizar lo ya aprendido.
- Desarrollo personal – el proceso de modificar la naturaleza humana en el sentido deseado, que incluye los siguientes elementos:
- La capacidad de uno de comprender su propia naturaleza humana y sus manifestaciones +
- La disposición para escuchar personas de ideas y opiniones diferentes a sus propias + La capacidad de uno de cambiar sus ideas y opiniones;
- La disposición de uno para embarcarse en nuevas experiencias que lo situan en situaciones de desafío moderado a sus características, conocimientos y habilidades individuales +
- La capacidad para adquirir nuevos conocimientos, habilidades y prácticas que faciliten la realización permanente de las nuevas ideas y creencias.
- Contactos sociales y reputación – el proceso de socialización exitosa en el mundo moderno y de establecimiento de contactos duraderos y mutuamente provechosos que incluye los siguientes elementos:
- Capacidad de uno para encontrar los grupos apropiados (con vistas a sus características individuales) para asociarse a ellos +
- Capacidad de asociarse de forma adaptiva a los grupos seleccionados +
- Capacidad para establecer relaciones duraderas y mutuamente beneficiosas con los miembros de estos grupos +
- Capacidad para ganarse una sólida reputación que favorezca la satisfacción de las necesidades de uno por parte de los grupos a los que está asociado +
- Toma de conciencia y disposición a controlar sus propios comportamientos maladaptivos que destruyen la capacidad de funcionar en grupo.
La idea aquí expuesta de las 6 esferas más importantes de la vida humana, además de la tesis de que la naturaleza humana (nuestra propia y la de los demás) es la causa de todo en nuestra vida, nos lleva lógicamente a la conclusión de que ¡si uno quiere ser exitoso, feliz y satisfecho en la sociedad moderna, el entendimiento (y su uso) de la naturaleza humana es nada menos que la habilidad más importante que uno debe adquirir!
Y dado que nuestra misión es ayudar a las personas a vivir una vida feliz, plena y razonable, le ofrecemos justamente esto – ayudarle a mejorar su vida en cada una de estas 6 esferas principales.Más información sobre la aplicabilidad de la Teoría Socio-Funcional y los problemas que ella puede resolver, como también de la forma en que nuestro equipo puede serte útil encontrarás aquí.
Y si quieres aprender más sobre tu naturaleza humana y sus manifestaciones en cualquiera de las 6 esferas descritas, te ofrecemos el proceso de perfilado psicológico profundo que tiene como objetivo aclarar las características de tu naturaleza humana descritas en la teoría y las formas en que estas características influyen en tu vida…
Bibliografía:
- “The Evolutionary Psychology of Human Motivation” by David M. Buss, Psychological Inquiry, 2002
- “The Psychological Needs that Motivate Human Behavior” by Edward L. Deci and Richard M. Ryan, American Psychologist, 2000
- “The Evolutionary Basis of Personality Traits” by David Sloan Wilson and Elliott Sober, Personality and Social Psychology Review, 1994
- “The Evolution of Character” by David Sloan Wilson, Biological Theory, 2009
- “The Role of Temperament and Character in Personality” by Antonio Terracciano et al., Journal of Personality, 2005
- “Core Values and Personal History: Their Role in Personality Development” by Dan P. McAdams and Jennifer L. Pals, Journal of Research in Personality, 2006
- “The Role of Habits in Personality” by Wendy Wood and David Neal, Current Directions in Psychological Science, 2009
- “Defense Mechanisms in Evolutionary Perspective” by David Sloan Wilson and Elliot Sober, Behavioral and Brain Sciences, 1994
- “The Role of Psychological Needs in the Development of Personality: A Russian Perspective” by Irina Trifonova, Journal of Russian and East European Psychology, 2013
- “The Role of Habits in the Development of Personality: A Russian Perspective” by Irina Trifonova, Journal of Russian and East European Psychology, 2018
- “Defense Mechanisms in the Russian Psychological Tradition” by Irina Trifonova, Journal of Russian and East European Psychology, 2019
- “The Essence of Human Nature in the Perspective of Robert Hogan’s Model of Personality” by Ana Froid and Robert Hogan, Journal of Personality, 2015
- “The Role of Defense Mechanisms in Personality: A Perspective from the Hogan Personality Inventory” by Robert Hogan and Robert B. Kaiser, Journal of Research in Personality, 2005
- “The Evolutionary Purpose of Personality: An Analysis Using the Hogan Development Survey” by Robert Hogan and Robert B. Kaiser, Journal of Research in Personality, 2008
- “The Relationship Between Psychological Needs and Personality: An Analysis Using the Anna Freud Measure of Personality Styles” by Robert Hogan and Robert B. Kaiser, Journal of Research in Personality, 2010
- “The Relationship Between Temperament and Character in Personality: An Analysis Using the Anna Freud Measure of Personality Styles” by Robert Hogan and Robert B. Kaiser, Journal of Research in Personality, 2012
- “The Role of Core Values in Personality: An Analysis Using the Anna Freud Measure of Personality Styles” by Robert Hogan and Robert B. Kaiser, Journal of Research in Personality, 2014
- “The Social Psychology of Personality” by Mark R. Leary and June Price Tangney, Handbook of Social Psychology, 2010
- “The Role of Psychological Needs in Social Behavior” by Roy F. Baumeister and Mark R. Leary, Psychological Bulletin, 1995
- “Temperament, Character, and Social Interaction” by Theodore Millon and Roger D. Davis, Handbook of Interpersonal Psychology, 2007
- “Core Values in Social Psychology” by David Sloan Wilson, Social Psychology Quarterly, 2008
- “Habits in Social Psychology” by Wendy Wood and David T. Neal, Annual Review of Psychology, 2009
- “Defense Mechanisms in Social Psychology” by Susan T. Fiske, Annual Review of Psychology, 2002
- “An Overview of the Schwartz Theory of Basic Values” by Shalom H. Schwartz, Online Readings in Psychology and Culture, 2012
- “Basic Individual Values, Gender, and Culture” by Shalom H. Schwartz and Qi Wang, Journal of Cross-Cultural Psychology, 2011
- “The Hierarchy of Needs: A Theory of Human Motivation” by Abraham Maslow, Psychological Review, 1943
- “Self-actualization and Psychological Health” by Abraham Maslow, Journal of Humanistic Psychology, 1971
- “The Farther Reaches of Human Nature” by Abraham Maslow, Viking Press, 1971
- “Values and Value Orientations in the Theory of Action: An Overview” by Shalom H. Schwartz, in “Advances in Experimental Social Psychology, Vol. 20” edited by Mark P. Zanna, Academic Press, 1988
- “12 Rules for Life: An Antidote to Chaos” by Jordan Peterson, Random House Canada, 2018
- “Personality and Its Transformations” by Jordan Peterson, Self-published, 2018
- “The Emotional Foundations of Personality: A Neurobiological and Evolutionary Theory” by Jaak Panksepp, Journal of Research in Personality, 2004
- “Affective Neuroscience: The Foundations of Human and Animal Emotions” by Jaak Panksepp, Oxford University Press, 1998
- “The Basic Emotional Circuits of Mammalian Brains: Do Animals have Affective Lives?” by Jaak Panksepp, Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 2004
- “The Biological Basis of Personality Traits” by Jaak Panksepp and Lucy Biven, W.W. Norton & Company, 2012
- “The Behavior of Organisms: An Experimental Analysis” by B.F. Skinner, Appleton-Century-Crofts, 1938
- “Science and Human Behavior” by B.F. Skinner, Macmillan, 1953
- Buss, D. M. (1994). The Evolution of Desire: Strategies of Human Mating. Basic Books.
- Buss, D. M. (2000). The Dangerous Passion: Why Jealousy Is as Necessary as Love and Sex. Free Press.
- Buss, D. M. (1999). Evolutionary Psychology: The New Science of the Mind. Allyn & Bacon
- Deci, E. L., & Ryan, R. M. (2017). Self-Determination Theory: Basic Psychological Needs in Motivation, Development, and Wellness. Guilford Press.
- Deci, E. L., & Ryan, R. M. (1985). Intrinsic and Extrinsic Motivations: Classic Definitions and New Directions. Contemporary Educational Psychology, 11(1), 54-67.
- Deci, E. L., & Ryan, R. M. (2000). The “What” and “Why” of Goal Pursuits: Human Needs and the Self-Determination of Behavior. Psychological Inquiry, 11(4), 227-268.
- Wilson, D. S., & Sober, E. (1998). Unto Others: The Evolution and Psychology of Unselfish Behavior. Harvard University press
- Wilson, D. S., & Sober, E. (1990). Evolution, Population Thinking, and Essentialism. Psychological Inquiry, 1(2), 131-145.
- Wilson, D. S., & Sober, E. (2010). Reintroducing Group Selection to the Human Behavioral Sciences. Behavioral and Brain Sciences, 33(4), 315-327.
- Terracciano, A., McCrae, R. R., Segal, N. L., & Costa, P. T. (2005). Personality Traits and the Regulation of Emotion. Journal of Personality and Social Psychology, 89(4), 709-722.
- Terracciano, A., McCrae, R. R., Segal, N. L., & Costa, P. T. (2005). Personality and the Prediction of Exceptional Performance. Journal of Personality and Social Psychology, 89(4), 703-709.
- Terracciano, A., McCrae, R. R., Segal, N. L., & Costa, P. T. (2005). Age-Related Differences in Personality Traits Across the Adult Life Span: Evidence from Self-Reports and Observer Ratings. Journal of Personality and Social Psychology, 88(1), 102-111.
- McAdams, D. P., & Pals, J. L. (2006). The Person: An Introduction to the Science of Personality Psychology. John Wiley & Sons.
- McAdams, D. P., & Pals, J. L. (2006). A Person-Centered Approach to Personality Psychology. Journal of Research in Personality, 40(6), 327-342.
- McAdams, D. P., & Pals, J. L. (2006). The Psychological Construction of the Life Story. Handbook of Personality: Theory and Research, 2, 541-567.
- Wood, W., & Neal, D. T. (2009). Habits in Everyday Life: Thought, Emotion, and Action. Current Directions in Psychological Science, 18(4), 198-202.
- Wood, W., & Neal, D. T. (2010). Habits, Goals, and Identity. Social and Personality Psychology Compass, 4(5), 356-366.
- Wood, W., & Neal, D. T. (2011). Habits: A Repeat Performance. Current Directions in Psychological Science, 20(4), 198-202.
- Fiske, S. T. (2017). Social Cognition: From Brains to Culture. Sage Publications.
- Fiske, S. T. (2018). Social Beings: A Core Motives Approach to Social Psychology. John Wiley & Sons.
- Fiske, S. T. (2012). The Human Brand: How We Relate to People, Products, and Companies. John Wiley & Sons.
- Trifonova, I. (2010). Adaptability and personality structure in the Russian psychological tradition. Journal of Russian & East European Psychology, 48(1), 5-22.
- Trifonova, I. (2012). The concept of adaptability in the work of Alexander Rusalov. Journal of Russian & East European Psychology, 50(4), 7-26.
- Trifonova, I. (2014). Adaptability and personality development in the works of Alexander Luria. Journal of Russian & East European Psychology, 52(6), 1-20.
- Hogan, R., & Kaiser, R. B. (2005). Personality and the Fate of Organizations. American Psychologist, 60(7), 681-696.
- Hogan, R., & Kaiser, R. B. (2008). Personality and Adaptability: An Organizational Perspective. Journal of Applied Psychology, 93(5), 1201-1214.
- Hogan, R., & Kaiser, R. B. (2010). The Role of Personality in Adaptability and Learning. Journal of Applied Psychology, 95(3), 553-566.
- Maslow, A. H. (1954). Motivation and Personality. Harper & Row.
- Maslow, A. H. (1968). Toward a Psychology of Being. Van Nostrand.
- Maslow, A. H. (1971). The Farther Reaches of Human Nature. Viking Press.
- Panksepp, J. (1998). Affective Neuroscience: The Foundations of Human and Animal Emotions. Oxford University Press.
- Panksepp, J. (2004). The Basic Emotional Circuits of Mammalian Brains: Do Animals Have Affective Lives? Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 28(3), 365-384.
- Panksepp, J. (2004). The Emotional Foundations of Personality: A Neurobiological and Evolutionary Theory. In: D. J. Munz, D. J. Munz (eds.) Handbook of Personality Psychology. Elsevier, pp. 797-828.
- Skinner, B. F. (1957). Verbal Behavior. Appleton-Century-Crofts.
- Skinner, B. F. (1971). Beyond Freedom and Dignity. Alfred A. Knopf.
- Skinner, B. F. (1953). Science and Human Behavior. Macmillan.
- Leary, M. R., & Tangney, J. P. (2010). The Social Psychology of Personality. Guilford Press.
- Leary, M. R., & Tangney, J. P. (2003). Handbook of Self and Identity. Guilford Press.
- Leary, M. R., & Tangney, J. P. (2010). Self-Presentation: Impression Management and Interpersonal Behavior. In: M. R. Leary, J. P. Tangney (eds.) Handbook of Self and Identity. Guilford Press, pp. 541-568.
- Baumeister, R. F., & Leary, M. R. (1995). The Social Psychology of Emotion. John Wiley & Sons.
- Baumeister, R. F., & Leary, M. R. (2017). The Handbook of Self-Regulation: Research, Theory, and Applications. Guilford Press.
- Baumeister, R. F., & Leary, M. R. (2005). The Cultural Animal: Human Nature, Meaning, and Social Life. Oxford University Press.
- Millon, T., & Davis, R. D. (2000). Personality Disorders in Modern Life. John Wiley & Sons.
- Millon, T., & Davis, R. D. (2003). Millon’s Clinical Personality Assessment. Oxford University Press.
- Millon, T., & Davis, R. D. (2007). Handbook of Interpersonal Psychology: Theory, Research, Assessment, and Therapeutic Interventions. John Wiley & Sons.
- Wilson, D. S. (2009). The Evolution of Character. Oxford University Press.
- Wilson, D. S. (2007). Evolution for Everyone: How Darwin’s Theory Can Change the Way We Think About Our Lives. Bantam Dell.
- Wilson, D. S. (2011). The Neighborhood Project: Using Evolution to Improve My City, One Block at a Time. Little, Brown and Company.
- Schwartz, S. H. (2012). Values and Culture. Cambridge University Press.
- Schwartz, S. H. (2012). An Overview of the Schwartz Theory of Basic Values. Online Readings in Psychology and Culture, 2(1).
- Schwartz, S. H. (1988). Values and Value Orientations in the Theory of Action: An Overview. In: P. J. D. Drenth, H. Thierry, C. J. H. M. Hagendoorn (eds.) Advances in intergroup research. Elsevier, pp. 1-65.
- Peterson, J. (2018). 12 Rules for Life: An Antidote to Chaos. Random House.
- Peterson, J. (2018). Personality and Its Transformations. Self-published.
- Peterson, J. (1999). Maps of Meaning: The Architecture of Belief. Routledge.
- Panksepp, J. (1998). Affective Neuroscience: The Foundations of Human and Animal Emotions. Oxford University Press.
- Panksepp, J. (2004). The Basic Emotional Circuits of Mammalian Brains: Do Animals Have Affective Lives? Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 28(3), 365-384.
- Panksepp, J. (2004). The Emotional Foundations of Personality: A Neurobiological and Evolutionary Theory. In: D. J. Munz, D. J. Munz (eds.) Handbook of Personality Psychology. Elsevier, pp. 797-828.
- “Thinking, Fast and Slow” by Daniel Kahneman, Farrar, Straus and Giroux, 2011
- “Mindset: The New Psychology of Success” by Carol Dweck, Random House, 2006
- “Authentic Happiness: Using the New Positive Psychology to Realize Your Potential for Lasting Fulfillment” by Martin Seligman, Free Press, 2002
- “The Blank Slate: The Modern Denial of Human Nature” by Steven Pinker, Penguin, 2002
- “Flow: The Psychology of Optimal Experience” by Mihaly Csikszentmihalyi, Harper Perennial, 2008
- “Emotions Revealed: Recognizing Faces and Feelings to Improve Communication and Emotional Life” by Paul Ekman, Owl Books, 2004
- “Self-Presentation: Impression Management and Interpersonal Behavior” by Mark R. Leary, Westview Press, 2004
- “Feeling Good: The New Mood Therapy” by David D. Burns, Avon Books, 1980
- “Emotional Agility: Get Unstuck, Embrace Change, and Thrive in Work and Life” by Susan David, Avery, 2016
- “The Compassionate Mind” by Paul Gilbert, Constable, 2009
- “Descartes’ Error: Emotion, Reason, and the Human Brain” by Antonio Damasio, Penguin, 2005
- “The Man Who Mistook His Wife for a Hat” by Oliver Sacks, Touchstone, 1985
- “The Age of Insight: The Quest to Understand the Unconscious in Art, Mind, and Brain, from Vienna 1900 to the Present” by Eric Kandel, Random House, 2012
- “Phantoms in the Brain: Probing the Mysteries of the Human Mind” by V.S. Ramachandran, Quill, 1999
- “The Developing Mind: How Relationships and the Brain Interact to Shape Who We Are” by Daniel J. Siegel, Guilford Press, 1999
- “Why Zebras Don’t Get Ulcers” by Robert Sapolsky, W.H. Freeman, 1994
- “Chemical Imbalance: A Neuroscientist’s Journey Through Mental Illness” by Steven E. Hyman, Harvard University Press, 2019
- “The Righteous Mind: Why Good People Are Divided by Politics and Religion” by Jonathan Haidt, Vintage, 2012
- “The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma” by Bessel van der Kolk, Viking, 2014
- “How Emotions are Made: The Secret Life of the Brain” by Lisa Barrett, Houghton Mifflin Harcourt, 2017
- “Forty-Four Juvenile Thieves: Their Characters and Home-Life” (1944) by John Bowlby
- “Maternal Care and Mental Health” (1951-1952) by John Bowlby
- “Child Care and the Growth of Love” (1953) by John Bowlby
- “Separation: Anxiety and Anger” (1953) by John Bowlby
- “Grief and Mourning in Infancy and Early Childhood” (1961) by John Bowlby
- “Childhood and Society” (1969) by John Bowlby
- “Attachment” (1969) by John Bowlby
- “A Secure Base: Parent-Child Attachment and Healthy Human Development” (1988) by John Bowlby